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Santa Barbara y el Rayo


Una colaboración de Massiel Rodríguez

Según la tradición cristiana, habría nacido en Nicomedia,actual Turquía cerca del mar de Mármara, hija de un rey sátrapa de nombre Dióscoro, quien la encerró en una torre.

Santa Barbara El motivo del encierro pudo haber sido para evitar que los hombres admiraran su belleza y la sedujeran, o para evitar el proselitismo cristiano. Durante una ausencia de su padre, Bárbara se convirtió al cristianismo, y mandó construir tres ventanas en su torre, simbolizando la Santísima Trinidad. Su padre se enteró del significado del simbolismo de estas ventanas y se enfadó, queriendo matarla. Por eso, Bárbara huyó y se refugió en una peña milagrosamente abierta para ella. Atrapada pese al milagro, se enfrenta a su destino.

Su martirio fue el mismo que el de San Vicente Mártir: habría sido atada a un potro, flagelada, desgarrada con rastrillos de hierro, colocada en un lecho de trozos de cerámica cortantes y quemada con hierros al fuego. Finalmente, el mismo rey Dióscoro , su padre la envió al juez, quien dictó la pena capital por decapitación. Su mismo padre fue quien la decapitó en la cima de una montaña, tras lo cual un rayo lo alcanzó, dándole muerte también.

Santa Bárbara, tan célebre en la Iglesia, tanto griega como latina, vino al mundo hacia la mitad del tercer siglo. La opinión más verosímil es que era de Nicomedia en Bitinia: su padre , Dióscoro, uno de los más furiosos secuaces del paganismo que jamás se conocieron; tan obstinado y tan adicto a las extravagancias y supersticiones de los paganos, que su devoción y su culto a los falsos dioses iban hasta el delirio y la necedad. Era, por otra parte, de un humor extravagante y de un natural cruel, teniendo todas sus inclinaciones bárbaras: no tenía más que esta hija, en la que Dios había juntado todas las calidades y prendas que hacen mirar a las de su sexo; una belleza extraordinaria, un talento superior, un alma noble y tan amiga de la razón, que desde su infancia se admiraba en ella una prudencia sin igual.

Por más bárbaro que fuese Dióscoro, no dejaba de amar a su única hija apasionadamente; y este misántropo era tan idólatra de su hija como de sus falsas divinidades. El temor de que hubiese otro que la amase tanto como él, le hizo tomar la ridícula resolución de hacerla invisible a los hombres. Hizo construir un cuarto acomodado en una alta torre, donde la encerró con algunas criadas desde su primera juventud; y como había reconocido en ella un espíritu extraordinario, quiso cultivarla, para lo cual le puso maestros.

Como Dióscoro tenia distintas miras en cuanto a su hija, y ésta era su ídolo, pensó en buscarle un establecimiento correspondiente a su mérito y a sus prendas: desde luego, se le presentó un partido ventajoso, qué debía hacerla una de las señoras más principales de la provincia. Le hizo Dióscoro la proposición, y se la dotó, con todo lo que podía tentar a una señora joven. El desprecio con que miró la Santa este matrimonio no hizo que su padre perdiera de todo punto las esperanzas; el cual, teniendo que hacer un viaje, creyó que el tiempo la mudaría, y que a su vuelta la encontraría más dócil: nuestra Santa en este tiempo pidió a su padre que mandara hacerla en lo más bajo de la torre un baño para su uso. Consintió Dióscoro en ello, no atreviéndose a negar cosa, alguna a su hija : ella misma trazó el plan, y su padre mandó a los albañiles que hicieran cuanto antes la obra. Habiendo partido Dióscoro, nuestra Santa dió prisa a los obreros; pero lo que quería no era un baño, sino una capilla: mandó hacer en ella tres ventanas que, a falta de imágenes, la representaban el misterio de la Santísima Trinidad.

«Dióscoro, este padre cruel, inhumano y bestial, no contento con haber estado presente a todos los suplicios Santa Barbara es decapitad por su padrede su hija, llevó la barbarie hasta el extremo de querer ser él su último verdugo. Pidió al juez le hiciese el gusto de que su hija no muriese por otras manos que por las suyas. Una petición tan bárbara, que causó horror a todos los que estaban presentes, le fué, otorgada. Aquella casta víctima fue llevada fuera de la ciudad a una pequeña colina, donde apenas llegó se puso de rodillas, levantó los ojos al Cielo, y habiendo hecho una breve oración, suplicando al Señor que aceptara el sacrificio que le hacía de su vida, alargó el cuello a aquel padre inhumano: el que de un golpe de sable terminó una tan bella vida y la procuró la gloria del martirio el día 4 de Diciembre, siendo emperador, Maximino. El Cielo miró con horror la inhumanidad de este padre bárbaro y quiso librar al mundo de este monstruo de crueldad; pues al bajar de la colina, todo teñido en la sangre de su propia hija, estando el Cielo sereno y el aire muy quieto, se oyó el ruido, de un trueno, y un rayo vino a estrellar al pie del monte a este padre inhumano. Poco tiempo después tuvo la misma suerte el gobernador Marciano, siendo muerto por otro rayo. Desde entonces se hizo universal el culto de esta gran Santa, tanto en la iglesia griega como en la latina, y en toda ella es invocada, especialmente contra los truenos y rayos. Por el mismo motivo la invocan también para alcanzar de Dios la gracia de no morir sin los últimos: sacramentos. Un insigne milagro aumentó esta, devoción y la confianza, de los fieles en esta gran Santa.» (2)

«El año de 1448 sucedió en la ciudad de Gorcun, en Holanda, que, un hombre llamado Enrique, muy devoto de Santa Bárbara, por la, confianza que tenía de que le alcanzaría la gracia de no morir sin sacramentos; se encontró rodeado de un fuego, sin esperanza de salvar la vida. En este conflicto recurrió a su santa protectora, la que, se le apareció; y aunque no le había quedado ya sino un soplo de vida, por haber sido tan maltratado del fuego que no tenía figura de hombre, le dijo que Dios le alargaba la vida hasta el día siguiente, para darle tiempo de recibir los últimos sacramentos de la Iglesia; y, habiéndose apagado el fuego al mismo instante, se confesó, recibió el Viático y la Extremaunción; el mismo sacerdote que le confesó, llamado Teodorico Pauli, dejó a la posteridad la historia de este gran milagro. En la historia de San Estanislao Kostka, de la Compañia de Jesús, se halla otra prueba insigne de esta singular protección, de resultas de una confianza semejante a la expresada.»

Las reliquias fueron trasladadas a Venecia en tiempos del dogo Pedro II Orseolo(991 – 1009), por María Argyropoula, una princesa bizantina posiblemente hermana de Romano III, que se había casado con el hijo del dogo, Juan. Las reliquias de la santa quedaron en la iglesia griega y en 1108 una princesa griega de nombre Bárbara se casó con el príncipe de Kiev, Sviatopolk Iziaslavovich. Ella trajo consigo las reliquias que fueron colocados en el monasterio Michailovsky-Zlatoverj en Kiev..(4)

 

Wikipedia:(1)(4)

(P. Juan Croisset, S.J.) (2), (3)

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