El realizador y director de audiovisuales Jorge Dalton, hijo del siempre amado poeta Roque Dalton, trabaja desde hace algunos meses, junto a su compañera, en un documental con guión de Lichy Diego. La partida del poeta deja en ellos un profundo dolor, y la virtud de un compromiso ahora más urgente de continuar la obra. (rw)
Adiós, entrañable y eterno Lichi Diego
Por Jorge Dalton
La muerte de mi hermano Lichi ha sido demoledora para muchos de sus amigos y familia, también lo será para Cuba y México. Para mí en particular ha sido devastador y no me repondré nunca. Es una perdida que me acompañará hasta el final de mis días.
Lichi me dejó de herencia muchas cosas y podría hacer una lista interminable de todo lo que aportó a mi vida. Gracias a él y su familia, soy también lo que soy ahora. Lichi me heredó un proyecto documental de 90 minutos que logramos terminar juntos en su casa a principios de este año en México. Viajamos con mi esposa Susy a pasar con el y con todas las Marías, las fiestas de diciembre del 2010 y filmar en los primeros días de enero de 2011. Fue Susy quien más me insistió que debería ir a México y filmar a Lichi y terminar lo que yo habìa iniciado en el 2009. Ella presentía que no habría otra oportunidad. Yo en cambio, era de los que pensaba que había Lichi para rato. Su cara de niño nos hacía pensar así a muchos.
Este documental lo haré con mucho dolor y también con alegría. Un trabajo que tendrá por su puesto, las heridas, salidas desde los diversos rincones de su alma, tendrá a su familia como eje central y a esa Cuba nuestra e irrepetible. Confieso que me será difícil pero lo haré para que Lichi Diego nunca se muera, para que mi amigo no caiga en las oscuras manos del olvido. Lo haré por Lichi, por su hija María José, Fefé, Rapi, Ismael, Roxana, Eliseo papá, María del Carmen, María Fernanda, María Elena, Fina, Cintio, José María, Sergio, Charín, por todos sus amores, por Cuba, por México, por todos nosotros.
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