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Freddy, la Diva Olvidada


Massiel Rodriguez

freddyFreddy no solamente fue el personaje histórico real, la mujer ligada a los espectáculos habaneros, la reina de los cabarets de última hora, de aquella nocherniega y pecadora Habana. Cada noche, con un vestido barato y sus enormes sandalias sin tacón, sentada en el Bar Celeste, tomaba ron y escuchaba la victrola. Luego de varios tragos, empezaba a contonearse con la música y a cantar a media voz. En su otro mundo, Freddy se sentía a gusto.

 Una noche, apagaron la victrola y le pidieron que cantara. No tuvieron que insistirle. Freddy se sabía todos los boleros. Con su voz de contralto, venida directamente de Dios, los cantaba como nadie. Era como si hubiera vivido todos aquellos amores desdichados. Como si le fuera la vida en ponerle melodía a los pesares del alma.

 El bar era frecuentado por artistas y músicos que recalaban en él cuando terminaban de trabajar en los cabarets cercanos. Freddy no permitía que la acompañaran. No necesitaba piano ni guitarra. Le bastaba con su garganta.Cantaba a cappella. Con una insoportable dulzura triste que casi te reventaba el corazón. El que la oyera cantar un bolero, ya no podía olvidar esa voz. Tenía algo que nadie podía explicar con palabras.

 Las madrugadas del Bar Celeste ya no lo fueron más sin el rito de que, a la medianoche, la victrola callara para, bajo el spotligh, darle vía libre a Freddy.

 Alguna de esas madrugadas de extraña magia, Guillermo Cabrera Infante vio y oyó a Freddy. Años después la convirtió en uno de los personajes de Tres tristes tigres: la cantante Estrella Rodríguez. La estrella del monólogo en 8 partes de Códac, ‘Ella Cantaba Boleros’.

Tres tristes tigres: Novela (Esenciales) (Spanish Edition)

Ella, la que cantaba boleros, nació algún día de 1935 en Cuba, en un pueblo pobrísimo de Camagüey llamado Céspedes. No sabemos cuántos hermanos tuvo, ni si los tuvo o quiénes fueron sus padres. Sabemos que era pobre, que era negra e inmensa, y que por 1948 se fue a La Habana a trabajar de cocinera. Fue entonces cuando Fredesvinda García se convirtió en la Freddy, la estrella del Bar Celeste, la que cantaba sin música.

Pero a esta jovencita quien poseía una obesidad, la cual rebasaba las 300 libras o algo más, le gustaba cantar, y en sus tiempos libres visitaba los bares sobre todo el ‘Bar Celeste’ situado en Infanta y Humboldt, y allí cantaba una y otra canción, a cappella, en ocasiones con la incomprensión de los dueños.

Pero como muchas veces sucede, la naturaleza resulta impredecible y dota a algún humano de cualidades especiales en todas las acciones de la vida y ésta generosidad donde más se destaca es en el inefable arte.

Esta joven cantó y cantó aparentemente en vano , aunque siempre hay un oído receptivo, alguien que la escuchó con su voz grave y una afinación colosal, la llevó a la dirección artística del Hotel Capri para tener la suerte de que la incluyeran en la producción ‘Pimienta y Sal’ en el año 1959.

La gorda como cariñosamente la llamaban algunos, sentía predilección por las canciones de feeling, también es significativo que su voz de ‘contralto en ocasiones sonaba como un contrabajo bien tocado, según el criterio del musicólogo Díaz Ayala’.

Jesús Goris, dueño de una pequeña disquera, la cual bautizó con el nombre de ‘Puchito’ quien tenía una excelente visión para escoger valores del arte musical desconocidos u olvidados, como fuera el caso de ‘Los Muñequitos de Matanzas’, ‘Abelardo Barroso y la Orquesta Sensación’,  escuchó a Freddy cantando en el cabaret ‘Capri’ escenario estelar en aquellos años, y sin perder un momento la conminó a que grabara en su empresa. La intérprete vio los cielos abiertos y comenzó a seleccionar el repertorio, pero no crean que fueron obras fáciles escogidas por la Gorda. Las canciones que grabó resultaron lo más difícil del repertorio de aquellos años y de todos los tiempos.

Luego del Capri y otros cabarets como Las Vegas y el Tropicana, vino su debut televisivo en Jueves de Partagás, un programa de variedades en el que cantó con Benny Moré y Celia Cruz. Sentenciosa como en todo, afirmó que estaba tan feliz que después de esa noche, ya podía morirse.

antiguo_bar_celesteYa Freddy era una estrella,. Su voz quedó para siempre en un disco de larga duración el único, grabado en 1960 en la placa de acetato número 552 del sello Discos Puchito, el mismo que ya había grabado a Celia Cruz, Merceditas Valdés, Celeste Mendoza, Bertha Dupuy y Olga Guillot. Fueron doce temas recopilados en el disco: “Noche y día, Freddy con la orquesta de Humberto Suárez” con arreglos demasiado predecibles, lo que no deja de ser paradójico, sabiendo que a ella le gustaba cantar a cappella, sin acompañamientos. Sobre esto, César Miguel Rondón, autor de ‘El Libro de la Salsa’, opina: ‘El timbre de Freddy no se parecía a nada, era un sonido fuera de serie, un fenómeno, literalmente hablando. Tratar de hacerle un arreglo a aquella voz de trueno, que no era de hombre ni de mujer, era como intentar meter un camión dentro de un pitillo. Esa grabación requería a lo sumo, unas maracas y un bongó. Esa voz reinventó “Noche de ronda”. No era una voz para el melómano convencional’.

Con Freddy no había términos medios, no podía haberlos. Se bañaba hasta cuatro veces al día y se regaba con frascos enteros de agua de colonia de la cabeza a los pies. Obsesionada con los olores, se moteaba tanto talco que luego se convertía en anillos blancos alrededor del cuello corto que sostenía la gran luna oscura que era su cara. Se dice que le gustaban las muñecas y que a pesar de su voz total, era de una ingenuidad desarmante. Le encantaba pasear y recorrer las vitrinas fascinada por las luces de las tiendas y los maniquíes con vestidos de moda.

….»Se acabó, ahora viene la música. Y sin música, quiero decir sin orquesta, sin acompañante, comenzó a cantar una canción desconocida, nueva, que salía de su pecho, de sus dos enormes tetas, de su barriga de barril, de aquel cuerpo monstruoso, y apenas me dejó acordarme del cuento de la ballena que cantó en la ópera, porque ponía algo más que el falso, azucarado, sentimental, fingido sentimiento en la canción, nada de bobería amelcochada, del sentimiento comercialmente fabricado del feeling, sino verdadero sentimiento y su voz salía suave, pastosa, líquida, con aceite ahora, una voz coloidal que fluía de todo su cuerpo como el plasma de su voz y de pronto me estremecí. Hacía tiempo que algo no me conmovía así y comencé a sonreírme en alta voz, porque acababa de reconocer la canción, a reírme, a soltar carcajadas porque era Noche de ronda y pensé, Agustín no has inventado nada, no has compuesto nada, esta mujer te está inventando tu canción ahora: ven mañana y recógela y cópiala y ponla a tu nombre de nuevo: Noche de ronda está naciendo esta noche.» («Ella cantaba boleros» G.C.Infante.)

Ella Cantaba Boleros (Spanish Edition)

Del paso de Freddy por Venezuela quedan pocos recuerdos. Se presentó en el ‘Pasapoga’, cabaret de moda en los años cincuenta y sesenta, ubicado en la avenida Urdaneta. Cantó en Venevisión y se sabe que todavía en el diario Últimas Noticias existe un extraordinario archivo fotográfico prácticamente inédito(?). En una de esas fotos, aparece una Freddy grandiosa y feliz con un lazo en la cabeza, abrazando a una muñeca. Algunas de las publicaciones de la época reseñan el fenómeno de su visita, como lo demuestra la Revista Élite: «Desde hace unas semanas Freddy estremece a los venezolanos con su estilo limpio, original, purísimo. En las pantallas de los televisores –donde cabe a duras penas– Freddy suele asomarse para cantar una ‘Noche de ronda’ como los ángeles… Por la noche, la pista del night club donde trabaja se llena con su cuerpo y el night club todo se llena de su voz redonda y sonora que no se parece a ninguna. Freddy es aplaudida una vez. Y otra. Y otra más. Entonces, nadie ve el tronco de mujerota: todos ven su voz, su pureza, la ternura de sus expresiones…»

 Luego de Venezuela, su gira continuó por Colombia, México y Puerto Rico, donde el último día de Julio de 1961, en una fiesta en casa del músico cubano , Bobby Collazo, compositor de éxitos como “Tenía que ser así” y “La última noche que pasé contigo”, bebiendo, riendo, cantando entre amigos y conociendo la fama a los veintiséis años, Freddy sufrió un infarto, el segundo. Y allí murió.

En San Juan está la tumba de Freddy . La hija de Freddy en Cuba ha pedido con insistencia que le informen en qué lugar está la sepultura, y tener al menos algo más que su silencio.

1.-«El hombre que yo amé»
http://www.youtube.com/watch?v=t6acmNWuHdY
2.-«Gracias mi amor»
http://www.youtube.com/watch?v=c791oEIIqjg
3.-«Sombras y mas Sombras»
http://www.youtube.com/watch?v=c791oEIIqjg

3 comentarios sobre “Freddy, la Diva Olvidada

  1. Muchas gracias por la publicación; conocí de su existencia gracias a un vecino Chileno que había leído sobre ella pero no tenía sus grabaciones; como yo trabajo con artistas de Cuba, un dí me dijo, Jorge conoces a La Freddy? y me quedé perplejo; después de muchos años en España trabajando con referencias cubanas no tenía ni idea de lo que me estaba preguntando, entonces fue cuando descubrí aquel diamante que supuestamente lució como lo hicieran Celia Cruz, Olga Guillot y otras divas.

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  2. La descubrí gracias a Cabrera Infante, como tantas otras cosas que nos han hecho amar a una Cuba que no conocíamos. Poder escuchar a Freddy en grabaciones es un privilegio, aunque los que la vieron y oyeron en el bar Celeste opinan que era mejor «a capella». Gracias por publicarlo.

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