Akerunoticias

Selección de noticias

Roma: las plazas, el arte


Por Fausto Triana*

Roma (PL).- Las rivalidades de los grandes artistas, la huella permanente del Imperio Romano, la mística religiosa y el aire aventurero que transpira la Vía Venetto en sus encantadoras locuras de La Dolce Vita.

Roma, sus plazas maravillosas y el arte, no hay que decirlo mucho. Si nos detuviéramos en cada una de ellas, haríamos el habitual recorrido turístico, sin hurgar en otros pequeños detalles dentro del mar de los misterios de la Ciudad Eterna.

Fascinado por la Piazza Navona, a la cual no había dedicado antes el tiempo merecido, termino un largo trayecto romano con los comentarios fugaces de Giuliano, un amigo italiano de origen latinoamericano.

Nada que ver con el actor Giuliano Gemma, alguna vez famoso por sus películas ligeras al estilo James Bond y los western spaguetti. Este Giuliano se conoce Roma casi como la palma de su mano, pero no es muy ducho en fechas y nombres.

Ni tampoco parece seducido por la grandeza de antaño del cine italiano. Con cierto desenfado me muestra la Vía Venetto, como si se tratase de una calle más de la capital italiana.

En realidad llegamos a la Piazza Barberini, donde está la coqueta Fontana del Tritone, una de las tantas obras de Gian Lorenzo Bernini, creada en 1642, también llamada en ocasiones Piazza Bernini.

No tiene ni el tamaño ni la fama de la Fontana de Trevi, pero una vez más el cine le dio resonancia, con Angeles y Demonios, de Dan Brown. La fuente ofrece una composición de cuatro delfines alrededor de un tritón que toca una concha marina.

A pocos metros se puede descubrir, con algo de imaginación, a la provocadora Anita Ekberg y el sempiterno Marcelo Mastroianni. Es la confirmación de la vigencia de la obra del maestro Federico Fellini y la elegancia de una de las calles más caras de Roma.

 

Figura indispensable del cine mundial, para muchos el mejor director de todos los tiempos, vuelve ser mimado en París, donde en el Museo Jeu de Paume del Jardín de las Tullerías tiene lugar la exposición Tutto Fellini, la Grande Parade.

Con La dolce vita (1960), Fellini logró demostrar, quizás por primera vez en el séptimo arte, que las suecas no son frívolas y que la modelo Anita Ekberg pasaría a la historia con su célebre baño en la Fontana de Trevi, cuando tenía tan cerca la del Tritone.

Como el periplo no es lineal ni esquemático, volvemos a Trevi, dicen que el sitio de mayor concurrencia de los turistas, algo bastante discutible si se tiene en cuenta a la Piazza de Spagna (Plaza España).

Después de volver a cruzar la Vía el Corso, siguiendo por la del Tritone, estamos ante la Fontana de Trevi. Aseguran que se lanza una moneda y se piden tres deseos, pero Giuliano no está de acuerdo.

Son dos monedas, una para volver a Roma y la otra con un deseo personal. Una tontería a la cual todos sucumbimos. Lo relevante, sin embargo, es la obra en sí misma.

Alegoría al Rey de los Mares, se trata de una suerte de arco triunfal. La figura principal es Neptuno tirando de su carro de caballos marinos, a quien lo acompañan la Abundancia y la Salud.

Extraordinaria escultura de Nicola Salvi, en el 1763, en días soleados es de una belleza singular por los azules de las aguas. Pero en noches claras, se antoja emporio de símbolos de una ciudad que no termina nunca de asombrar por su historia.

 

Ansiedad por Navona

Omitir algunos nombres puede ser un pecado capital en Roma. De todos modos, en el tránsito por cualquier espacio rodeado de modernidad, resurgen las ruinas del Imperio por doquier.

Es una lástima que no se haya podido preservar el equilibrio arquitectónico como sí lo tiene París. Naturalmente la Ciudad Luz es mucho más joven en relación con Roma y tal vez por estas cuitas, la una se considera digna de la otra y viceversa.

Nos detenemos en la Piazza Navona que es, desde mi punto de vista, una suerte en su nivel de Catedral de San Pedro del Vaticano.

Luego de visitar la Catedral de San Pedro, es fácil concluir que existen en el mundo las iglesias y el mayor enclave del Vaticano, irrepetible e incomparable. Lo mismo con las Plazas, está Navona y las demás.

Giuliano esta vez se apasiona en el relato. Primero para subrayar que la Fuente de los Cuatro Ríos está incluida como uno de los altares de la ciencia en Angeles y Demonios de Brown, si bien la cinta es de las peores realizaciones de Hollywood.

Bajo el concepto urbanístico barroco, un papa del siglo XVII convirtió el espacio que en otro tiempo ocupó el estadio de Domiciano en punto de encuentro popular, tal como habría hecho cualquier emperador de la Roma Antigua.

La palabra navona se cree que es una degeneración de Agon o Circus Agonalis, competición de atletismo. Si esto es así, es más coherente el origen del nombre de la iglesia que se alza en la plaza, Sant Agnese in Angone.

Bernini tiene el privilegio de marcar numerosos sellos de Roma. La Fontana dei Quattro Fiumi (Fuente de los Cuatro Ríos), de 1651, es una de sus esculturas cumbres, con una curiosidad. Uno de los cuatro ríos está con la mano levantada y el rostro en estupor.

Prueba fehaciente de su rivalidad con el arquitecto suizo Francesco Borromi, quien junto a Rainaldi construyó la iglesia de Sant´Agnese in Agone. Bernini quiere hacer ver el miedo de que ese «templo horrible» pueda incluso derrumbarse.

Otras dos fuentes esculpidas por Giacomo della Porta, la Fontana di Nettuno (1574) y la Fontana del Moro (1576), adornan además los extremos norte y sur de la Plaza Navona.

Tiene, por si le faltaran detalles, al Palazzo Pamphili, cuya galería fue pintada por Pietro da Cortona y es actualmente la embajada de Brasil en Roma.

De Piazzas son insoslayables la de España, el lugar de las citas y el descanso, con la escalinata hacia la iglesia Trinitá del Monti y La Baracaccia, otra fuente romana; la del Campidoglio, del Popolo, de la Minerva, Campo de Fiori, Venecia, Santa María.

Alguien puede preguntarse de la saga de Miguel Angel y de Leonardo da Vinci, o de los diversos y espectaculares templos religiosos de la capital italiana, pero para eso, tengo que pactar otro encuentro con Giuliano de Roma.

*Corresponsal Jefe de Prensa Latina en Francia.

Deja un comentario