Fue, junto a Daína Chaviano, de las autoras de nuestra generación que más escribió. OBRA POÉTICA: Tiempo nuestro (1981), Terriblemente iluminados (1989), Rock sucio (1992), Todo aquello que no se dice (2004) NARRATIVA: Brujas (1991), Triángulos mágicos (1994), Confesiones nocturnas (1994) y Lucrecia quiere decir perfidia (2010). RELATOS. Isla después del diluvio (2010) y Memorias del tiempo circular (2015), Monólogo con lluvia.
Sabía que se iba a ir por esa válvula, esa que al golpearse sin piedad se rompe. De la endémica dolencia, le comenté a un amigo, ella no va a morir. Porque ese cáncer y ella ya se han hecho amigos y han llegado a un acuerdo. Mi amigo me dijo: Raysa, tú tienes cada cosa.
Chely Lima murió de tristeza.
El día que supe de la muerte de Serret, en Quito, Ecuador, le escribí a Chely. Ya había tomado la decisión de pasar a Estados Unidos. Se había quedado sola. En ese tiempo no tenía comunicación con sus amigos de siempre. Es que Alberto era el alma de esa unión casi icónica. Quien llevaba las riendas de la alegría. Al menos, me hice la idea.

Verlos juntos era muy reparador para mí.
Una tarde, en los Jardines de la UNEAC, Reina María Rodríguez iba a dar una charla sobre la poesía erótica. Me había enterado por Albertico Yáñez, quien desde el balcón interno de la Facultad de Filología me dice. Raysa White ¿Vas a la conferencia? ¿Qué conferencia? La de Reina. Ve, ella va a hablar de sexo y poesía. Elena Tamargo, que estaba a su lado, le riposta: ¿De sexo? Reina será poesía, pero esto es sexo. Y se levantó la bata enseñándonos a todos ese precioso cuerpazo que tantos dolores de cabeza le dio al también difunto poeta Osvaldo Navarro.
El balcón no se cayó de la risa, por un milagro.
Les hago el cuento a Serret y a Chely que ya habían llegado a los jardines y ambos ponen cara de circunstancia: Reina está embarazada otra vez, él dice; y exclamo ¡Madre mía! ¿Y quién va a cuidar ese bebé si Reina siempre está viajando? Nunca nos divertimos tanto como aquella tarde.
Después, ya no nos veíamos apenas, solo de carreras por los pasillos del ICRT.

Con Antonio Orlando Rodríguez y Daína Chaviano, Chely y Serret formaron una cuarteta de prolífica creatividad.
Con Antonio Orlando Rodríguez y Daína Chaviano formaron una cuarteta de prolífica creatividad, entregando a la redacción Juvenil de la TV Cubana series inolvidables como Shiralad, Violente, Del lado del corazón, Hoy es siempre todavía.
Fue, junto a Daína Chaviano, de las autoras de nuestra generación que más escribió. OBRA POÉTICA: Tiempo nuestro (1981), Terriblemente iluminados (1989), Rock sucio (1992), Todo aquello que no se dice (2004) NARRATIVA: Brujas (1991), Triángulos mágicos (1994), Confesiones nocturnas (1994) y Lucrecia quiere decir perfidia (2010). RELATOS. Isla después del diluvio (2010) y Memorias del tiempo circular (2015), Monólogo con lluvia.
Un día me comentó su decisión trans, quería que le tratáramos a partir de ese momento como un chico. Para casi todos fue una sorpresa. Cuando me lo comentó, le hice una broma, no le gustó, y me respondió muy seria: No juegues con eso. Como la conocía bien, de inmediato, naturalicé su decisión, y la respeté. Algo muy profundo había pasado en ella que dio ese paso. Y hay misterios de nuestro mundo interior, que ni para nosotros, son revelados. Había encontrado su verdadera identidad, y se sentía orgulloso de ello.

Esta es la foto que más me gusta de Chely, el chico que ella quiso ser.
Esta es la foto que más me gusta de Chely, el chico que ella quiso ser. Y de veras lo asumió con valentía y una honestidad sin paralelos. Pero también, debemos reconocer que no todos le comprendieron.
Pienso que la afirmación de alguien, cuando establece una relación karmática entre Chely Lima y Alberto Serret, no es tan descabellada. Y por eso, en mi imaginación, la veo partir tranquila, como ella era, segura de que al final del camino quien le tendía los brazos era él. Ojalá se haya hecho el milagro, no tan sencillo, de que esas almas se hayan fundido hasta la eternidad.
Raysa White Más
Lunes 23 de enero de 2023
Con la pérdida de los amigos queridos de nuestra juventud nos vamos marchando nosotros también. A ella tu texto le hubiera gustado
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Raysa, estoy segura que a ella-él le ha gustado mucho tu escrito. Todos extrañamos y extrañaremos a Chely.
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Sería maravilloso que Chely supiera cuánto le estimo y le repeto.
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Triste y dulce texto, querida Raysa. Emocionado y evocativo, es un hermoso tributo a la partida de Chely pero sobre todo a la parábola de su vida plena y útil. Ahora ambos, Chely y Serret, son enteramente felices.
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Quién sabe… ahora, según lo que me explicó en Cuba un maestro lama, pienso que existen misterios en la muerte que ni podemos imaginar ¿Por qué no creer que ello sea posible?
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Raysa, siempre escribes bien y en lo correcto. Creo q al chico q ella quiso ser le hubiera gustado.
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Cuánto yo quisiera, Marthica, que su espíritu pudiera leer mi despedida.
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Muy bueno Raysa
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Gracias, Hugo, mucho tiempo sin saber de ti… un abrazote.
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Como siempre muy lindo como escribes
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Gracias, Alfredito, por estar ahí. Pendiente, como un ángel.
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Algo como eso, pocas veces lo he disfrutado tanto, por lo sentido y por lo bien escrito
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Gracias, Elsie, más viniendo de ti que eres tan periodista. Son despedidas que nos dejan como en un vacío. Porque sabemos que algo nos quedó pendiente.
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