EDITORIAL

Hola, mis amigos que se toman el trabajo de leer hasta el final, en este Adviento Dios nos llena de Gracia y de Ternura. Qué lindo fuera si todos aspiráramos a ser testigo de la ternura de Dios -José Rivera-, algo sutil y, a la vez, laborioso. Pero el Señor es grande, y está fortificado. Infinitamente, -me parece- porque si no ¿de dónde? Ser tierno con nosotros, hay que bajar melaza y proteína. Por algo se le llama El Todopoderoso.
Gracias, Señor por tu Amor Infinito. Hay que ser como un toro, yo no sé qué te diga. Pero segura estoy, Señor, que haré el mayor esfuerzo. Bien sé que la intención, también, en las Alturas cuenta.
Y ustedes, traten de no hacer daño ni entrar en insidias, envidia o chismecito. Sobre todo, en Adviento. No hagáis como la gitana, aquella archi comunista, que me acusó en la escuela de contra y tortoleta, y su hijo le ha salido, ay pecao, gusano y mariconchy.
No escupáis para arriba, hijos míos, no se los recomiendo, mucho menos con catarro; y si lo hacen a un lado, mirar quién va pasando, no vaya a ser su abuela.

Y en este Adviento, como nos enseñó Madre Teresa, quiero dar gracias a quien nos va a dar, antes de que nos dé. Muy hábil esa monja, digamos más, esa santa, porque murió canonizada-. No digo yo, si su cuentaza le salvó la vida al Vaticano-. Y ya me estoy preparando una listita de amigos con cuenta en Banreservas, que de tacaños se pasan, -cómo hay que orar y darle a ese rosario- pero ante la dulzura de mis labios aflojarán un chin de sus bolsillos y me echarán la mano en esta Navidad. Ay, Dios Mío, tú sí que eres piadoso, y no esa cáscara de cura que me quería tumbar 500 pesos por el marco de un cuadro. En esta vida hay gente para todo.
Espero que este año seamos más juiciosos. Ah, lo del Perdón, no lo olviden, porque el Rencor pesa, y a la Virgen, que es quien al final, nos carga, le tenemos dañada la columna.
Recuerden que el Maestro nos lo ha entregado todo. Hagamos un esfuerzo. Y colmemos la mesa de fina caridad. Olvidemos, al menos en estos días, el trompón en el ojo; la meaíta en la puerta, del perro del vecino que ya nos tiene hartos; los chismes del cojo buscapleitos; los tupes del noticiero de la una; los bandidos de Coppelia; a quien te quiere tumbar el marido, a quien te quiere vacilar la novia, al que ambiciona tu puesto de trabajo; al que le echó a tu gata tres pasitos; al vago chivatón. Todos tienen derecho a disfrutar de la Ternura del Señor, de hecho, Él la regala. No así la Gracia, sería demasiado. No fastidien, sarta de aprovechados, no pidan tanto, que Su paciencia nada tiene de Santa. Cojan por esa puerta y que nunca los vea.
Gracias, Señor. Gracias, Madre María. El Espíritu sabe que esto sólo lo hago en el Nombre del Dios.
¡Feliz Navidad!
Raysa White Más
La Directora
Gracias por todo. Que Dios te ilumine y cuide siempre…lo mereces mucho
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Gracias 🙏 Dios te Bendiga Raysita White😘
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Tremenda reflexión. Dios te bendiga siempre. Amén 🙏.
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