La Rosa

Sé que nada me pertenece sino el pensamiento que sin grilletes fluye de mi alma, y todo momento favorable que el destino clemente me permite gozar profundamente.

Goethe

Por  Raysa White

Como los maestros lamas, solo tengo que ponerme en una posición sosegada, cerrar los ojos y no dejar que en el proceso intervenga la razón. Salgo de mi cuerpo y floto. En minutos, -minutos es un decir, puesto que el concepto “duración” es algo que no puedo precisar, ya que el tiempo en ese estado no se percibe- comienzo a trasladarme hacia regiones inexploradas. Todo está ahí como si alguien lo hubiese filmado o grabado. En aquella región enorme y despoblada, animales gigantescos deambulan como transeúntes en la Calle ocho o en el histórico Malecón de La Habana.

De repente un grupo enorme de seres semidesnudos o vestidos con pieles de animales y andar desesperado rodean a uno de…

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