En los tiempos de mi primera juventud, digo así porque nunca voy a ser vieja, una de mis maravillosas amigas -no sé si fue la abogada norteamericana Emily Yozell o la jurista Debra Evenson, recientemente fallecida- me trajeron de regalo un librito de Elena Poniatowska, “Querido Diego, te abraza Quiela” Se trata de cartas que uno de sus amores… Sigue leyendo…