Por Fausto Triana*
Roma (PL).- Las rivalidades de los grandes artistas, la huella permanente del Imperio Romano, la mística religiosa y el aire aventurero que transpira la Vía Venetto en sus encantadoras locuras de La Dolce Vita.
Roma, sus plazas maravillosas y el arte, no hay que decirlo mucho. Si nos detuviéramos en cada una de ellas, haríamos el habitual recorrido turístico, sin hurgar en otros pequeños detalles dentro del mar de los misterios de la Ciudad Eterna.
Fascinado por la Piazza Navona, a la cual no había dedicado antes el tiempo merecido, termino un largo trayecto romano con los comentarios fugaces de Giuliano, un amigo italiano de origen latinoamericano.
Nada que ver con el actor Giuliano Gemma, alguna vez famoso por sus películas ligeras al estilo James Bond y los western spaguetti. Este Giuliano se conoce Roma casi como la palma de su mano, pero no es muy ducho en fechas y nombres.
Ni tampoco parece seducido por la grandeza de antaño del cine italiano. Con cierto desenfado me muestra la Vía Venetto, como si se tratase de una calle más de la capital italiana.